Torre Campanario de la Antigua Iglesia de Sta. Mª La Coronada

Jimena de la Frontera



En el centro de Jimena de la Frontera, en la Plaza de la Constitución, se alza como solitario testigo de otras épocas la Torre Campanario de la Antigua iglesia de Santa María La Coronada. Aunque el templo que lo acompañó fue demolido en el siglo XX, la torre permaneció y hoy es una de las imágenes más reconocibles del municipio, junto al castillo que domina la ladera.

Orígenes y evolución del nombre

Las fuentes históricas remontan el origen del conjunto religioso al siglo XVII, cuando en la villa se fundó lo que entonces se conoció como la iglesia de San Sebastián. En el último tercio del siglo XVIII el edificio pasó a denominarse Iglesia de Santa María la Coronada, denominación que perduró hasta su desaparición física en el siglo XX. El campanario es el vestigio material de aquel templo barroco-neoclásico que fue centro parroquial durante siglos.

Arquitectura: doble cuerpo, ladrillo y cal

La torre destaca por su composición en dos cuerpos claramente diferenciados, muy en la línea de la tradición arquitectónica local. La base es un fuste cuadrado encalado, que armoniza con la trama de fachadas blancas del entorno urbano; por encima se alza un cuerpo octogonal realizado en ladrillo visto que alberga la cámara de las campanas. Esa combinación de piedra/yeso en el cuerpo inferior y ladrillo en el superior es característica de varias torres religiosas de la comarca y le confiere al campanario una imagen de contraste cromático que lo hace inconfundible.

Función social y simbólica

Más allá de su función religiosa, el campanario cumplió tradicionalmente papeles civiles: marcación horaria, señales de alarma o convocatorias. Con la desaparición del edificio parroquial, la torre se convirtió además en símbolo del pueblo y escenario de actos públicos y celebraciones, un foco de identidad que ha sobrevivido al paso del tiempo y a las transformaciones urbanas.

Conservación y lectura patrimonial

Aunque la iglesia que acompañaba al campanario fue derribada en el siglo XX, la propia torre ha sido objeto de intervenciones para su mantenimiento y puesta en valor. La lectura patrimonial actual la sitúa como un elemento clave para comprender la expansión urbana extramuros tras la pacificación de fronteras en los siglos modernos y como ejemplo de las soluciones constructivas locales (blanqueo y ladrillo visto) que se repiten en otros monumentos de Andalucía.


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