Monumento al General Copons

Tarifa



En un rincón cargado de historia, al pie de la muralla medieval de Tarifa, se alza el monumento al general Francisco de Paula María Baso Copons y Navia, una figura fundamental en la resistencia de esta plaza frente al asedio napoleónico. Este monumento no es solo un homenaje: es un relato en bronce que revive la épica del Sitio de Tarifa (1811-1812) y conecta el pasado bélico con el presente pacífico de la ciudad gaditana.

El hombre tras la estatua

Francisco Copons y Navia nació en Málaga en 1764 y se convirtió en una de las figuras militares más relevantes del escenario peninsular durante la Guerra de la Independencia. Tras una carrera destacada, fue nombrado mariscal de campo. Pero su gesta más recordada es, sin duda, su papel en la defensa de Tarifa.

Cuando las tropas francesas, lideradas por el general Leval, sitiaron Tarifa en diciembre de 1811, Copons no cedió. Recibió una carta de rendición, la leyó solemnemente y, con gesto firme, la apartó al tiempo que agarraba su sable, desafiando al ejército napoleónico. Ese momento exacto es el que inmortaliza la escultura.

Diseño y significado del monumento

El monumento fue encargado por la Comisión Municipal del Bicentenario del Sitio de Tarifa, en el marco de los actos para conmemorar los 200 años del asedio.

El escultor elegido para la obra fue el onubense Alberto Germán Franco, conocido por su dominio en la escultura monumental. El diseño representa a Copons de cuerpo entero, vestido con su uniforme de mariscal de campo: casaca, fajín, sombrero, bordados, botones y sable. En su mano derecha sostiene la carta que le envió Leval, y con la izquierda se prepara para esgrimir su espada.

La escultura, fundida en bronce, se apoya sobre un pedestal de granito de dos metros, rematado con la firma autógrafa de Copons, como gesto íntimo y solemne.

Lugar y contexto

El monumento fue instalado en la Puerta del Retiro, en un punto muy simbólico: la confluencia de las calles Calzadilla de Téllez, General Copons, Independencia y Asedio. Este emplazamiento no es casual: junto a él se encuentra la brecha abierta por las tropas francesas en la antigua muralla, un eco tangible del asedio.

El monumento es un punto de referencia para la memoria colectiva de Tarifa. Cada año, asociaciones localistas como Tarifa 1812 celebran homenajes en torno a la estatua.


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