Iglesia de Nuestra Señora del Socorro

Benalup-Casas Viejas



En la emblemática Plaza de Nuestra Señora del Socorro de Benalup-Casas Viejas, popularmente conocida como "La Alameda", se erige un templo que, más allá de su función religiosa, encarna la voluntad colectiva, la estética de transición y la historia local: La Iglesia de Nuestra Señora del Socorro.

Los orígenes: De la ermita de 1555 al nuevo templo

El lugar donde hoy se encuentra la iglesia fue ocupado por una ermita que, según los registros, se fundó hacia el año 1555. Esta ermita, dedicada a la advocación de la Virgen del Socorro, servía al caserío agrícola de la zona de La Janda, ofreciendo un punto de culto en un entorno de llanura y campiña.

En el año 1915 se decide sustituir la antigua ermita (en parte por el deterioro) para dar cabida a una iglesia mayor. Con la venta de sus materiales y con importantes aportaciones del vecindario se recolectó el capital inicial para la nueva construcción. 

Construcción y estilos: Un eclecticismo consciente

La nueva iglesia se comenzó en 1915 (se coloca la primera piedra el 14 de septiembre) y los trabajos se prolongaron hasta el 20 de febrero de 1930, fecha de finalización del edificio. Sin embargo, no fue hasta el 28 de septiembre de 1944 cuando se publicó el decreto de creación de la parroquia de Nuestra Señora del Socorro.

En cuanto al estilo arquitectónico, la iglesia representa un eclecticismo tardío: se entrelazan influencias medievales, románicas, mudéjares, y hasta elementos clásicos. Por ejemplo, la fachada cuenta con columnas jónicas que remiten a la tradición grecorromana, mientras que los ladrillos vistos y los arcos peraltados evocan la herencia mudéjar.

El edificio presenta una única nave con cubierta a dos aguas y una cabecera semicircular, unida a la nave mediante un gran arco de ingreso.  

El campanario y los vientos de la costa

Uno de los detalles más singulares de la iglesia es su campanario. En la construcción original, éste se elevaba sobre el cuerpo principal, pero quedó gravemente dañado por los fuertes vientos del Levante que azotan la zona. Como consecuencia, en una fase posterior se sustituye por una estructura metálica que hoy sostiene las campanas.


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