
Iglesia de San Francisco de Asís
Tarifa

En el casco antiguo de Tarifa, esa ciudad gaditana bañada por los vientos del Estrecho y siempre en el cruce entre dos mundos, se alza la Iglesia de San Francisco de Asís, un edificio cuyo perfil blanco y su torre-campanario forman parte inseparable del paisaje local. Es el templo abierto al culto más meridional de la Europa continental, y su historia habla de reconstrucción, devoción y arte con sabor histórico-marítimo.
Un origen del siglo XVI y una reforma revolucionaria
Los primeros vestigios documentados de la iglesia se remontan al año 1519, lo que indica que ya existía un templo franciscano en los albores del siglo XVI. Sin embargo, lo que hoy vemos no es aquel edificio original: tras el devastador terremoto de Lisboa de 1755 que sacudió buena parte de Andalucía, la iglesia quedó dañada y fue prácticamente demolida. Entre 1794 y 1797 se llevó a cabo una reconstrucción casi total, adquiriendo su forma actual con elementos barrocos y neoclásicos.
Arquitectura: sobriedad y equilibrio entre estilos
El templo presenta una planta rectangular de tres naves, con la central más amplia y elevada. Estas naves están separadas por pilares cúbicos, sobre los que descansan arcos de medio punto. La nave central se cubre con una bóveda de cañón, mientras que las laterales están flanqueadas por una galería elevada que antiguamente permitía acoger a más fieles.
En el presbiterio destaca un ábside semicircular, cubierto con una media cúpula, y ventanas decoradas con molduras y cornisas que ofrecen un elegante juego de luz. El coro, ubicado en la capilla mayor, está enmarcado por un baldaquino de planta circular sostenido por columnas corintias, un diseño muy propio del neoclasicismo de finales del XVIII.
Otro detalle curioso es su torre-campanario: no está separada, sino que surge como una prolongación de la parte central de la fachada, lo que le da un carácter muy singular dentro del entramado blanco de las casas de Tarifa.

Arte, imaginería y la devoción de Tarifa
Dentro de la iglesia se guarda un rico patrimonio escultórico. Una de sus piezas más valiosas es el "Santo Cristo del Consuelo", un crucificado del siglo XVI, considerado una de las imágenes más antiguas que se conservan en Tarifa.
También merece atención el Santo Ángel Custodio, atribuido al escultor Juan de Astorga, figura representativa del neoclasicismo andaluz. La iconografía y el estilo de esta talla muestran cómo el arte religioso en Tarifa absorbió las corrientes estéticas de su tiempo, al mismo tiempo que mantenía una estrecha conexión con la espiritualidad local.
La imagen titular de San Francisco de Asís también ha sufrido su historia de cambios: según documentos antiguos, ya estaba muy presente en el coro del templo en el siglo XVII, y con la reforma de finales del XVIII se colocó en una hornacina en la cabecera del templo.

Historia y memoria eclesiástica
En 1677, el obispo Juan de Isla realizó una visita pastoral a Tarifa, inspeccionando también esta iglesia. En sus informaciones, se mencionan las condiciones materiales del templo y los servidores eclesiásticos, lo que permite reconstruir parte de la vida parroquial de la época.
Además, en el siglo XVIII ya existía interés por mejorar o renovar algunas de sus imágenes devocionales, según consta en actas parroquiales y visitas obispales posteriores.
Tarifa, puentes culturales y espirituales
Más allá de su función religiosa, la iglesia de San Francisco ha sido testigo de la transformación de Tarifa a lo largo de los siglos: desde su papel inicial como parte de un complejo conventual franciscano, hasta su reinvención arquitectónica, y su integración en la vida ciudadana como parroquia activa. En su silencio se escuchan ecos del pasado: terremotos, reconstrucciones, visitas obispales y la devoción persistente de generaciones de tarifeños.



