Iglesia de Nuestra Señora de la Inhiesta

Paterna de Rivera

En  Paterna de Rivera, junto a la Plaza de la Constitución, se alza la Parroquia de Nuestra Señora de la Inhiesta: Un edificio que, más allá de su función religiosa, es testigo material de la génesis y la memoria colectiva de la villa. Su silueta —fachada blanca, torre prismática y portada sobria— es hoy emblema del municipio y punto obligado de quien quiera comprender la trama histórica de La Janda. 

Fundación

La historia de la iglesia se entrelaza con la propia fundación de Paterna de Rivera a comienzos del siglo XVI. Fue en torno a 1503 cuando el señor de la villa, don Francisco Enríquez de Ribera —Adelantado y Notario Mayor en Andalucía— promovió la construcción del templo parroquial y otorgó a la población la advocación de Nuestra Señora de la Inhiesta. La devoción tiene además un trasfondo legendario: se atribuye al agradecimiento por la curación de una dolencia que aquejó al fundador, episodio que aparece recogido en fuentes locales y tradicionales.

Arquitectura: Raíces mudéjares y adaptaciones posteriores 

Aunque la iglesia conserva la volumetría de una parroquia menor andaluza —planta rectangular y orientación tradicional—, su historia arquitectónica es acumulativa. Los primeros tramos responden a un sustrato gótico-mudéjar propio de las primeras décadas del siglo XVI, con posteriores intervenciones que incorporaron elementos renacentistas y, en épocas más tardías, reformas de los siglos XVIII y XX que transformaron la imagen interior y exterior. Esa palimpsesto de estilos explica por qué el templo presenta hoy una mezcla armónica entre la sencillez rural y determinados detalles clásicos en su distribución.

El interior: Devociones, retablos y restauraciones

En el interior, la iglesia ha albergado a lo largo de los siglos varias imágenes y retablos de notable valor para la vida religiosa local. En la parte más elevada del altar mayor se venera a la Virgen de la Inhiesta, titular del templo y procedente de un taller sevillano del siglo XVI; y en otra de sus capillas se halla la Virgen de la Soledad, Patrona de Paterna, obra del imaginero sevillano Castillo Lastrucci (1937), restaurada en los talleres del escultor Antonio Mota. 

En fechas recientes la parroquia ha vivido una nueva e intensiva restauración patrimonial: En 2025 se inauguró un retablo que renueva la estética del presbiterio y recupera el protagonismo del altar, un acto que además incluyó la incorporación simbólica de documentos y recuerdos ligados a la comunidad.


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